”El propietario de una distribuidora de alimentos ubicada en Venado Tuerto fue imputado en el marco de un legajo en el que se investiga la falsificación y adulteración de fechas de vencimiento de productos que se ofrecían a la venta en su local comercial. Tiene 49 años y sus iniciales son OAG.
La atribución delictiva fue realizada ayer por el fiscal Horacio Puyrredón en la sede de la Unidad Fiscal Venado Tuerto.
Productos vencidos
Puyrredón indicó que “el comerciante investigado llevó adelante su conducta ilícita en un local venadense, ubicado en la intersección de la ruta nacional número 8 y calle Uruguay”.
“Dentro del inmueble en el que funciona la distribuidora, el imputado tenía una maquina de etiquetar; un bidón y dos botellas de thinner; una botella de tinta de recarga de marcador permanente; y un set de tipografía para fechador térmico detalló el fiscal.
Según señaló, “el hombre de iniciales OAG utilizaba los elementos de etiquetado para falsificar y adulterar materialmente las fechas de caducidad de la mercadería”. Al respecto, subrayó que “el objetivo era disimular el carácter nocivo de productos alimenticios vencidos que acopiaba, vendía y hacía llegar a los clientes como aptos para el consumo humano”.
Inspección municipal
“La denuncia que dio origen a la investigación fue radicada la semana pasada por la coordinadora de Seguridad Alimentaria del Municipio de Venado Tuerto, tras una inspección que se llevó a cabo en el local comercial”, valoró Puyrredón.
“Además de los instrumentos para adulterar etiquetas, en la visita de control a la distribuidora se hallaron productos con el número final del vencimiento borrado y otros con los datos de caducidad escritos a mano”, precisó.
Por otro lado, enumeró que “se encontraron cajas de leche -líquida y en polvo-, jugos y chocolatadas; paquetes de galletitas y tostadas; y botellas de aceite con fechas modificadas”. En tal sentido, mencionó que “entre las evidencias reunidas, hay registros fotográficos y fílmicos de esta mercadería”.
Calificación penal
Al imputado se le atribuyó la autoría de adulteración de alimentos, así como de falsificación de sellos, timbres y marcas.